En casos de edredones, anoraks y chalecos de plumas es altamente recomendable que no los lavéis en casa, no tanto para el proceso escogido para lavarlos sino para un correcto secado.
El problema de las plumas radica principalmente en que arrastran trozos orgánicos, que aunque hayan sido secados en el proceso de fabricación de la prenda, éstos siguen allí. Al mojarse este contenido orgánico en los procesos de lavado en agua, se entumece y puede deteriorarse, producir malos olores e incluso estropear la prenda.
El lavado puede llevarse a cabo con o sin blanqueador, aunque necesariamente con un doble enjuagado de la prenda, para eliminar cualquier rastro de detergente.
Muchos fabricantes recomiendan una limpieza en seco de las prendas de plumas, aunque los profesionales tendemos a hacerlo en mojado, para garantizar la mejor desinfección de los tejidos, aunque con un proceso de secado muy acurado, y que os detallamos a continuación:
- Directo a secadora
Para evitar manchas oscuras de agua en el tejido, el secado debe ser rápido y en secadora grande. Deben evitarse los secados al sol o al aire. No puede pasar demasiado tiempo antes de secarse para evitar que el agua arrastre pequeñas partículas y polvo de las plumas y nos ensucie la prenda. - Secado intenso a ser posible
La posible materia orgánica presente en las plumas debe secarse completamente de nuevo pasa evitar malos olores. Las prendas delicadas, como chalecos o anoraks, deben secarse a temperatura baja y largos periodos de secado. - Bolas de plumas
El secado se efectúa con pelotas de tenis (no es una leyenda popular) que van golpeando ligeramente la prenda para separar unas bolas de plumas que genera el agua cuando se lava la prenda. La prenda recupera su textura esponjosa de esta manera. - Reposo al aire
Es muy conveniente que la prenda se cuelgue durante varias horas al aire para que elimine definitivamente toda la humedad que aún pueda contener. Evitaremos encerrarlas en plástio hasta pasados almenos 2 días. - Guardado en entornos muy secos
Tanto el guardado en la lavandería como en casa deben realizarse en entornos muy secos porque las plumas tienden a acumular fácilmente humedad, y pueden deteriorar las prendas.
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